En un contexto en que el nueve de cada 10 personas que dejan el mercado laboral por realizar cuidados son mujeres, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), consideró necesaria una reforma constitucional para reconocer que toda persona tiene derecho al cuidado digno, así como el derecho a cuidar.

La Cámara de Diputados aprobó esta iniciativa en 2020, pero queda pendiente la aprobación por parte del Senado y de la mayoría de los congresos locales. Posterior a ello será necesario expedir la legislación correspondiente para establecer las responsabilidades del gobierno en esta materia para cada institución y nivel de gobierno, así como otorgar las facultades para diseñar la política nacional de cuidados que hoy no existe.

Asimismo, propuso pasar de un sistema de cuidados que hoy recae principalmente en las familias a uno que sea responsabilidad compartida entre el Estado, las empresas y los hogares. Esto implica implementar políticas como permisos de paternidad obligatorios y con mayor extensión, así como incentivar ambientes laborales más inclusivos que sean compatibles con los cuidados tanto para hombres y mujeres.

En su análisis, el centro de investigación en política pública explicó que los cuidados son un motor para el funcionamiento del país, pues permiten que otras personas realicen sus actividades diarias como estudiar o tener un empleo.

“Para fomentar la toma de decisiones en materia de cuidados con base en evidencia falta información sobre la oferta de los servicios de cuidados, entender las preferencias de las familias para hacer uso de estos servicios, así como generar datos desagregados a nivel estatal e incluso municipal”, abundó. 

Esta información, añadió, es esencial para responder preguntas como cuánta infraestructura y capacidad instalada hay para atender los cuidados y si esta es suficiente para cubrir la demanda.

Al abordar la participación económica de las mujeres que realizan cuidados, expone que las mujeres que llevan a cabo las tareas de cuidados tienden a participar en menor proporción en el mercado laboral (51 por ciento), en comparación con aquellas que no dedican tiempo a dicha responsabilidad (71 por ciento).

Por otro lado, la proporción de hombres que tiene un empleo o busca uno es mayor –independientemente de su rol como cuidadores–; además, la diferencia en la participación económica entre aquellos que realizan labores de cuidado y los que no es significativamente menor que en el caso de las mujeres, con cuatro y 20 puntos porcentuales, respectivamente.

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