“Se evalúa como un hábito positivo, lo que hace sentir conexión con los demás, con una vida que trasciende y se disfruta": Ballesteros.
A decir de la directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral (ICBI) de Tecmilenio, Rosalinda Ballesteros, el bienestar se construye a través de los hábitos, que son acciones que nacen de la disposición a observar las cosas buenas y querer ser mejores personas.
En este sentido, puntualiza Ballesteros, lograr una rutina estable de hábitos positivos en la vida diaria puede significar la gran diferencia en el bienestar integral y así cumplir con los objetivos o propósitos de año nuevo.
"Tecmilenio habla de siete dimensiones del bienestar: el físico, que incluye alimentación, descanso y ejercicio; el emocional, donde está la salud mental y manejo del estrés; el social o relacional, es decir, sentirse queridos, valorados y estar bien con los demás; el ocupacional, saber que se hace algo trascendente con la vida; el financiero, enfocado en que el futuro de las finanzas no sea uno de los estresores; el intelectual, que gira sobre la importancia de aprender cosas nuevas constantemente, y el bienestar espiritual, que más que a temas religiosos se refiere a tener claro el sentido de trascendencia en la vida", señala la especialista.
Las investigaciones realizadas por el ICBI señalan que cuando se comienza a construir hábitos en un aspecto, las otras dimensiones también mejoran y se genera un círculo virtuoso. A continuación se enlistan cinco recomendaciones prácticas para lograr que estos hábitos se conviertan en una rutina sostenible:
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