De acuerdo con Pandapé, este año han surgido comportamientos que revelan las tensiones actuales entre estabilidad, salud mental y productividad, y que marcarán la última etapa del año laboral. Fenómenos como task masking, craqueo silencioso y job hugging reflejan un cambio estructural en el mundo del empleo, más allá de simples anécdotas.
1. Task masking: productividad en apariencia. El task masking se refiere a la práctica de proyectar señales de actividad que no necesariamente se traducen en resultados reales. Correos enviados a horas inusuales, agendas llenas de reuniones y declaraciones frecuentes de exceso de trabajo son parte de este fenómeno. En algunos países, uno de cada tres trabajadores admite haberlo practicado.
Este comportamiento ha cobrado fuerza con el regreso parcial a las oficinas, donde la presencia física suele interpretarse como sinónimo de compromiso. El reto para líderes y colaboradores es equilibrar estas señales visibles con logros medibles, especialmente en un entorno impulsado por la automatización y la inteligencia artificial, donde demostrar aportaciones tangibles será clave para el desarrollo profesional.
2. Craqueo silencioso: la fatiga invisible. A diferencia del quiet quitting (renuncia silenciosa), el craqueo silencioso refleja un desgaste emocional progresivo más que una decisión consciente de reducir el esfuerzo. El trabajador cumple con sus tareas, pero lo hace con agotamiento y frustración crecientes.
Datos internacionales muestran que la proporción de empleados comprometidos a nivel global disminuyó de 23% a 21% en el último año, reflejando altos niveles de fatiga, especialmente en América Latina.
Los signos incluyen desmotivación, irritabilidad y pérdida de confianza, y suelen pasar inadvertidos para los líderes hasta que afectan la dinámica de los equipos. La buena noticia es que existen estrategias para revertir esta tendencia, como programas de capacitación, trayectorias de crecimiento claras y una comunicación cercana, que pueden marcar la diferencia entre recuperar el compromiso o perder talento valioso.
3. Job hugging: del salto al apego laboral. Tras varios años de alta movilidad, en 2025 predomina el job hugging, una tendencia marcada por el apego al empleo actual como respuesta a un mercado laboral menos dinámico.
En Estados Unidos, la tasa de renuncias voluntarias se mantiene en mínimos históricos; y en países latinoamericanos como México, Brasil y Argentina también se observa un enfriamiento de la movilidad laboral ante la incertidumbre económica.
Si bien esta tendencia refleja la búsqueda de seguridad, también plantea riesgos: permanecer demasiado tiempo en un mismo puesto puede limitar el desarrollo profesional y frenar la adquisición de nuevas competencias. A largo plazo, esta inercia puede afectar la capacidad de innovación de las empresas, a menos que se acompañe con programas de formación continua y esquemas de movilidad interna.
“Lo que vemos con estas tres tendencias no es un capricho generacional, sino un espejo de la incertidumbre global. Fingir productividad, resistir en silencio o aferrarse a un empleo son respuestas naturales, aunque insuficientes a largo plazo. Las empresas que sepan leer estas señales y acompañarlas con bienestar real, liderazgo cercano y herramientas de gestión estarán mejor preparadas para construir un futuro más equilibrado, competitivo y centrado en las personas”, concluyó Haydeé Jaime, Content Marketing Lead de Pandapé.
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