Detrás de cada cifra hay personas agotadas, desmotivadas, desconectadas. Y ninguna organización puede prosperar sobre esa fatiga colectiva.
A decir de Juan Pablo Ventosa, socio fundador de Human Performance y profesor de EGADE Business School, las empresas que integran políticas reales de conciliación —flexibilidad, derecho a la desconexión, parentalidad y salud mental— no solo logran colaboradores más satisfechos: también alcanzan decisiones más inteligentes, innovación sostenida y una lealtad más profunda.
“El bienestar no es el fin; es el medio para construir organizaciones más resilientes, humanas y sostenibles. Porque en la era de la inteligencia artificial, la ventaja competitiva seguirá siendo profundamente humana”, señala el especialista en un artículo reciente.
Ventosa enfatiza que los líderes son los primeros responsables de convertir la empatía en estructura, la flexibilidad en cultura y el propósito en política, especialmente en un contexto donde la crisis silenciosa de la salud mental sigue en aumento. En México, el 75 por ciento de los trabajadores reporta haber sufrido estrés laboral, y solo uno de cada diez tiene acceso a servicios de salud mental a través de su empleo.
Las organizaciones saludables —conocidas como HERO (Healthy and Resilient Organizations)— se distinguen por su capacidad de afrontar crisis sin quebrarse. Cuidan de su gente y, al hacerlo, cuidan del negocio. Sin embargo, muchas compañías continúan operando bajo un modelo agotado: productividad sin descanso, conexión sin desconexión y urgencia sin propósito.
“Nunca habíamos tenido generaciones tan talentosas y tan maltratadas por sus organizaciones”, advierte Ventosa. “El reto no es atraer talento, sino crear culturas donde las personas puedan seguir siendo personas mientras entregan resultados.”
En este sentido, la conciliación no es un beneficio emocional, sino una verdadera arquitectura de bienestar: un sistema de políticas, acuerdos y prácticas que permiten que el trabajo y la vida coexistan en lugar de competir.
El modelo efr (Equilibrio, Flexibilidad y Responsabilidad) se ha consolidado como una herramienta de gestión que traduce esa filosofía en indicadores concretos y sostenibles.
Para Ventosa, liderar hoy no consiste en inspirar discursos, sino en diseñar entornos. El liderazgo consciente integra bienestar y estrategia, y entiende que el costo del agotamiento no es solo humano, sino también financiero y reputacional.
“El líder que no mide el impacto de su estilo en la cultura está, sin saberlo, deteriorándola. La conciliación se convierte en el nuevo terreno del liderazgo efectivo: un espacio donde los resultados y el bienestar dejan de ser opuestos y se vuelven aliados”, concluye.
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