Lo que para unos parece simple ociosidad, para otros es una forma de reclamar espacio mental ante jornadas hiperconectadas tanto a nivel profesional como personal, que no dejan respiro.
Según Pandapé, el barebacking laboral —es decir, trasladarse al trabajo sin distracciones tecnológicas— ha ganado popularidad entre los trabajadores más jóvenes, especialmente entre los de la Generación Z. Esta práctica surgió como una curiosidad viral: personas que abordaban vuelos sin audífonos ni pantallas, acompañadas únicamente por sus pensamientos. Con el tiempo, el concepto se trasladó también al transporte terrestre.
El creciente regreso a esquemas presenciales ha contribuido a diluir las fronteras entre el tiempo personal y laboral. En este contexto, el barebacking se ha convertido en una forma de reconectar consigo mismos y recuperar ese límite cada vez más difuso según un comunicado del software de Recursos Humanos.
En un entorno donde las empresas de la región buscan reducir la rotación y fortalecer la fidelización del talento, esta tendencia puede leerse como una señal de lo mucho que aún queda por ajustar. Y es que no se trata solo de dejar de lado los dispositivos, sino de replantear un modelo de trabajo más sostenible, donde el rendimiento no dependa de la hiperconectividad.
Para Haydeé Jaime, Content Manager de Pandapé, “Lo que a simple vista parece inactividad, en realidad revela una necesidad profunda, la de marcar límites entre los espacios profesionales y el personales. Este tipo de prácticas muestran cómo las personas están buscando técnicas para recuperar energía mental antes de enfrentarse a entornos de trabajo que aún no terminan de adaptarse al bienestar como eje cultural”.
Esto es clave en un momento en el que solo 23 por ciento de las organizaciones implementa modelos de trabajo flexibles. Sin embargo, la flexibilidad y la salud mental aparecen como los beneficios más valorados por los colaboradores. Esta brecha entre lo que se ofrece y lo que se necesita sigue alimentando la desconexión emocional.
“Si una tendencia como el barebacking emerge desde el silencio, es porque urge rediseñar los entornos laborales con base en el bienestar real de las personas. El reto está en pasar de observarlo a integrarlo en la cultura organizacional de manera estratégica, con las herramientas tecnológicas de gestión de talento como aliados”, concluye Haydeé Jaime.
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