Hoy en día, Baby boomers, generación X, millennials y generación Z comparten espacios, prioridades y desafíos, y su coexistencia se ha convertido en una oportunidad para rediseñar modelos de liderazgo intergeneracional en México.
Una de las herramientas más efectivas para fomentar el liderazgo intergeneracional es la mentoría inversa, un esquema en el que los jóvenes comparten conocimientos tecnológicos, mientras que los colaboradores con mayor experiencia brindan orientación profesional. Así lo señala Time2Grow, firma especializada en soluciones integrales de Recursos Humanos y automatización de procesos.
La empresa destaca también que algunas organizaciones están apostando por espacios intergeneracionales de escucha activa y comunicación continua, lo cual fortalece la colaboración y la cohesión entre generaciones.
“La tecnología puede ser un puente generacional, pero debe ir acompañada de una capacitación inclusiva. No se trata de imponer plataformas, sino de asegurar que todos puedan utilizarlas sin miedo a quedarse atrás”, afirma Estrella Vázquez, especialista en gestión de talento multigeneracional.
Este enfoque cobra mayor relevancia considerando que, en México, el 59.4 por ciento de la población ocupada tiene entre 15 y 39 años, según datos del INEGI. Esta creciente presencia de millennials y generación Z en la fuerza laboral exige que las organizaciones se adapten a nuevas expectativas laborales, sin perder de vista el valor de la experiencia acumulada por los trabajadores mayores.
El cambio de mentalidad es aún más urgente en el contexto del nearshoring, ya que México se está consolidando como un destino estratégico de inversión. Las empresas que llegan requieren estructuras organizacionales ágiles, pero también sólidas en conocimiento. Un equipo multigeneracional bien gestionado puede ofrecer ambas cualidades.
Además, la transformación digital plantea nuevos retos: mientras los colaboradores más experimentados deben actualizarse al ritmo tecnológico, los más jóvenes necesitan fortalecer habilidades blandas como la resolución de conflictos o la inteligencia emocional. En este intercambio, el aprendizaje se vuelve verdaderamente bidireccional.
Sin embargo, Time2Grow advierte que la presencia de equipos diversos en edad no garantiza por sí sola una dinámica saludable. Sin estrategias claras, la diversidad generacional puede derivar en tensiones o sesgos invisibles dentro de la cultura organizacional.
Por ello, especialistas coinciden en que es fundamental impulsar la formación en diversidad, establecer protocolos contra la discriminación por edad y promover una cultura empresarial que valore la experiencia sin restar voz a las nuevas generaciones.
“Cuando las empresas promueven políticas claras de respeto, inclusión y desarrollo para todas las edades, no solo ganan en competitividad, también preparan a sus equipos para afrontar los desafíos del futuro”, afirma Vázquez.
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