"El bienestar de los colaboradores no solo es un compromiso ético, sino una inversión estratégica para el futuro del trabajo": Durán.
Para fortalecer el sentido de pertenencia, primero hacer que cada persona se sienta parte de la organización. La capacitación continua y el desarrollo profesional generan compromiso. Pero también es clave la coherencia: muchas empresas hablan de bienestar y cultura, pero la experiencia real no coincide con el discurso. Esa incoherencia erosiona la confianza.
Ante los desafíos que enfrentan las organizaciones en México con la alta rotación laboral, conversamos con Sonia Durán, Gerente de capital humano de Ecosistemas Global, quien advierte que, si no se logra cultivar ese sentido de pertenencia, el principal riesgo es que los colaboradores no se sientan escuchados ni seguros, lo que deriva en fluctuación constante y altos costos para la empresa.
“Hoy ya no son las organizaciones quienes deciden quién trabaja con ellas: son las personas quienes eligen si una cultura va con su estilo de vida o no. Si no encuentran coherencia, bienestar y estabilidad, buscarán otras oportunidades”, enfatiza.
Consultada sobre si las organizaciones en México están implementando acciones efectivas en pro de la salud mental y la inteligencia emocional, contundente señala: “Hay un 50% de empresas que lo hacen de forma genuina y otro 50% solo por cumplimiento, sobre todo tras la entrada en vigor de la NOM-035. No basta con mandar un par de flyers sobre salud mental: se requieren estrategias reales.
“Las organizaciones que miden indicadores y analizan los costos de la rotación entienden que invertir en bienestar no es un gasto, sino una forma de aumentar la productividad y mejorar resultados”, afirma.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, de no mejorar las condiciones laborales y combatir los ambientes tóxicos en los equipos de trabajo, se generarían pérdidas de hasta 16 mil millones de pesos al año, debido al ausentismo y bajo rendimiento. Por ello es importante detectar a tiempo estas señales resulta clave para revertir el desapego laboral y construir entornos más saludables.
A decir de Durán, las organizaciones en México se han enfocado mucho en salarios, prestaciones y beneficios monetarios, pero dejando de lado aspectos clave como la comunicación, la asignación de tareas acordes al perfil o simplemente el escuchar a los empleados. La apertura al diálogo y el cuidado humano hacen la diferencia, y son prácticas que suelen darse por sentadas.
Por ello, sostiene, el rol de los líderes es fundamental. “Necesitamos fomentar una escucha activa y retroalimentación en doble vía. Además, la flexibilidad laboral es clave: home office, horarios flexibles o permisos específicos permiten responder a necesidades reales, como las de padres y madres trabajadores. Cuando las personas logran equilibrar su vida personal y laboral, se concentran mejor en el presente y su productividad mejora”.
Como reflexión final, Duran plantea que aquellas empresas que realmente logran escuchar, cuidar y ser coherentes con lo que predican son las que pueden retener talento, reducir la rotación y potenciar su productividad.
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