En opinión de Pablo Menchaca, Chief People Officer en Up Sí Vale, los equipos que priorizan la salud y el bienestar de sus empleados tienen una ventaja competitiva, especialmente en términos de sostenibilidad y atracción de inversiones, toda vez que los inversores institucionales y fondos privados se interesan cada vez más en apoyar a las empresas alineadas con los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).
Estos programas, expone, no solo mejoran la imagen corporativa, sino que también impulsan el rendimiento financiero, como lo demuestran los casos de empresas que han visto un aumento en su valor bursátil tras ser reconocidas por sus programas de salud laboral.
En un artículo, Menchaca prevé que, a medida que más empresas adopten estas prácticas, la demanda de transparencia en torno a la salud en el trabajo seguirá en crecimiento, incentivando a las empresas a fortalecer sus políticas de bienestar.
Además, la promoción de la salud en el lugar de trabajo, combinada con la prevención de riesgos laborales, tiene la capacidad de mejorar la calidad de vida de cientos de millones de personas empleadas en el sector formal en los países de la OCDE, de las cuales dos tercios laboran en pequeñas y medianas empresas (PYMES).
“Estas empresas, a menudo con recursos limitados, enfrentan retos para ofrecer beneficios atractivos a sus empleados por lo que pueden encontrar en los programas de salud una excelente alternativa. Estos beneficios mejoran el bienestar de los empleados y también generan resultados positivos para las empresas, al actuar como incentivo para la retención de talento”, abunda.
En este sentido, indica que una de las principales estrategias adoptadas por los departamentos de Recursos Humanos con el fin de apoyar el bienestar emocional de sus empleados es el acceso a apoyo psicológico, ya sea presencial o virtual, lo que ha permitido a los empleados gestionar el estrés, la ansiedad y otros retos emocionales sin que esto afecte su productividad ni bienestar general.
Además, muchas organizaciones están implementando beneficios complementarios, como vales de despensa y bonos de bienestar, que permiten a los colaboradores adquirir productos y servicios relacionados con el autocuidado: desde alimentos saludables y ropa deportiva, hasta membresías o experiencias que promuevan su salud, creando un entorno laboral más saludable, motivador y productivo.
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