Fuga de talento por entorno laboral adverso cuesta a empresas 40% del salario por persona.
Proteger el bienestar de los trabajadores no solo es una obligación ética, sino también una inversión estratégica para asegurar la sostenibilidad y el crecimiento de las organizaciones en el largo plazo. Con esta premisa, el Instituto del Propósito y Bienestar Integral (IPBI) de la Universidad Tecmilenio hizo un llamado urgente a repensar los modelos de liderazgo en el país.
El planteamiento surge en un contexto crítico: la crisis de salud mental que afecta a los trabajadores está imponiendo un alto costo a la productividad nacional. Un reporte del IPBI muestra que la percepción de los empleados sobre el interés de sus líderes en su bienestar cayó de 4.10 a 3.90 puntos (en una escala de 5) entre 2021 y 2024, reflejando una pérdida de confianza.
“Un ambiente laboral tóxico reduce la productividad. El impacto se manifiesta en costos directos, como el ausentismo y la rotación, pero también en costos indirectos, como el presentismo”, advirtió Rosalinda Ballesteros, directora del IPBI.
El instituto señala que esta desconexión entre liderazgo y bienestar anula en la práctica muchas políticas corporativas. Por ejemplo, aunque el 71 por ciento de las empresas asegura contar con protocolos contra la discriminación, la prevalencia del acoso laboral evidencia una brecha profunda entre lo escrito en los manuales y lo que ocurre en la operación diaria.
En un comunicado, la institución subrayó que el mobbing y el liderazgo deficiente generan un costo directo y medible para las empresas en México, donde los trastornos mentales ya son la segunda causa de incapacidad temporal laboral.
El principal lastre financiero es el presentismo —empleados que acuden a su puesto, pero cuyo rendimiento se ve mermado por el estrés—, al que se suman los gastos de reclutamiento y capacitación para reemplazar al talento que abandona entornos tóxicos.
Los indicadores confirman la gravedad de la situación: durante el primer trimestre del año, las renuncias motivadas por acoso y riesgos psicológicos aumentaron un 15 por ciento. Además, el informe State of the Global Workplace 2024 de Gallup reveló que el 42 por ciento de los empleados en México experimentó estrés durante gran parte del día anterior, una cifra que coincide con la tendencia mundial. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 1 de cada 5 trabajadores ha sufrido acoso o violencia laboral.
Ante este panorama, la Universidad Tecmilenio propone acciones concretas para construir entornos laborales seguros y sostenibles:
El IPBI enfatizó que prevenir el mobbing es una necesidad estratégica y que el compromiso debe partir de la alta dirección. “Las organizaciones necesitan trascender el discurso y avanzar hacia acciones concretas”, concluyó.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
RRHHDigital