Con el objetivo de medir la brecha de género en la formación de talento científico y tecnológico en las entidades, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó la matrícula de hombres y mujeres en carreras STEM entre 2012 y 2022, y concluyó que solo tres de cada 10 profesionistas en estas áreas son mujeres.

En 2022 se registraron 494 mil 753 mujeres y 996 mil 519 hombres que estudian algún programa STEM a nivel nacional. Y aunque en la última década la cifra aumentó en cuatro puntos porcentuales, el ritmo de crecimiento, de 4.4 por ciento anual en la matrícula ha sido insuficiente.

De continuar esta tendencia, México tardaría 37 años para que el número de mujeres que estudian estas carreras sea similar al que mantienen los hombres hoy, estimó el centro de investigación.

En todos los estados, según el reporte del IMCO, las mujeres en carreras STEM tendrían que aumentar en al menos 71 por ciento para alcanzar un nivel similar al de los hombres.

De suerte que, seis entidades (Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Veracruz, Nuevo León y Guanajuato) concentran el 50 por ciento de las estudiantes de STEM. Colima logró cerrar su brecha en nueve puntos porcentuales, mientras que Durango solo en un punto porcentual.

En cambio, Tabasco es el único estado en donde la proporción de mujeres en carreras STEM se redujo, al pasar de 33 por ciento en 2012 a 30 por ciento en 2022.

“Las entidades en donde se ha cerrado más la brecha han observado mayor productividad y proveen mejores condiciones laborales para la participación de las mujeres”, enfatizó el IMCO.

Cerrar la brecha de género en la generación de talento, abundó, es aún más importante en aquellas entidades en las que el sector secundario (minería e industrias manufactureras) tiene un mayor peso para la economía local.

En estados cuya producción depende en gran parte de actividades secundarias, como Campeche (82.5 por ciento), Tabasco (64.2 por ciento), Coahuila (49.8 por ciento), Sonora (43.7 por ciento) y Chihuahua (39.9 por ciento), incrementar el número de mujeres en STEM puede ser una estrategia para la formación del talento especializado que requieren.

El IMCO detectó prácticas y acciones aisladas para incrementar el número de mujeres en STEM; sin embargo, no hay una estrategia integral y unificada que abarque desde la infancia hasta el ingreso a la educación superior.

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