Si bien parece algo menor en las organizaciones, esta falta de claridad tiene implicaciones en la salud mental de los trabajadores con una clara incidencia en los niveles de estrés laboral al que se ven sometidas muchas personas.
No contar con claridad sobre las expectativas y responsabilidades de un puesto puede detonar niveles elevados de ansiedad, de acuerdo con el Primer Estudio sobre Salud Emocional y Bienestar Laboral en México. El informe advierte que esta situación representa un elemento crítico que debe vigilarse, ya que puede convertirse en un factor de riesgo psicosocial.
Catalina Abellán Martínez, fundadora de Platikkemos, recordó que la falta de definición en las funciones —conocida como ambigüedad de rol— está reconocida como factor de riesgo psicosocial por la NOM-035 de la STPS y por diversos organismos internacionales, debido a sus efectos adversos en la salud mental y física de los trabajadores.
“Este tipo de situaciones deriva en niveles elevados de ansiedad y estrés crónico cuando se prolongan en el tiempo, ya que las personas no tienen claridad sobre lo que se espera de ellas. Asimismo, pueden surgir conflictos interpersonales con compañeros y supervisores al no cumplir con las expectativas previstas”, señaló.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando se agregan tareas que no forman parte de las competencias del colaborador? La especialista explicó que la incorporación de nuevas responsabilidades no es, en sí misma, negativa. “Todo lo contrario. Forma parte del desarrollo y aprendizaje de los colaboradores. La problemática surge en la forma en que se añaden estas tareas. Es decir, ¿las comunicamos correctamente? ¿Explicamos el porqué y el tiempo durante el cual será necesario realizarlas? ¿Motivamos a la persona en este proceso de crecimiento? ¿Ofrecemos apoyo, escucha, capacitación y retroalimentación?”, puntualizó.
Con base en lo anterior, la experta enumeró algunas acciones clave para reducir la ambigüedad de rol y mitigar el estrés y los conflictos internos:
Clarificación de roles
• Revisar y documentar funciones y responsabilidades.
• Asegurar que el equipo comprenda quién hace qué y con qué propósito.
Comunicación clara
• Establecer canales formales para resolver dudas sobre roles y tareas.
• Realizar reuniones periódicas para ofrecer retroalimentación y ajustar procesos.
Formación y apoyo
• Proveer capacitación continua relacionada con las funciones asignadas.
• Contar con supervisores accesibles para atender dudas o realizar ajustes necesarios.
Participación activa
• Involucrar al personal en la definición y revisión de descripciones de puesto.
• Ajustar funciones ante cambios en procesos u organización.
Consultada sobre las estrategias para favorecer una conciliación efectiva entre la vida laboral y familiar, Abellán Martínez explicó que la dinámica del ámbito laboral suele incluir elementos que interfieren con las responsabilidades personales y afectan la salud y el bienestar. Entre ellos destacan:
• Organización del trabajo: tareas, turnos, descansos, horarios, trabajo nocturno.
• Duración, extensión o modificación de la jornada laboral.
• Falta de autonomía para organizar funciones y prioridades del puesto.
• Imposibilidad de modificar o flexibilizar el horario; esquemas rígidos incompatibles con la vida familiar y social; falta de opciones de trabajo remoto.
La especialista subrayó que una de las formas más efectivas de disminuir el estrés asociado a la ambigüedad laboral es escuchar y atender las inquietudes de los trabajadores. “Que los colaboradores puedan expresar sus preocupaciones y las emociones que les genera la falta de conciliación entre su vida laboral y personal es un buen comienzo para que líderes y empresas definan planes de acción que reduzcan este factor de riesgo psicosocial”, concluyó.
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