Estas urbes enfrentan retos particulares en salud mental laboral, derivados de la combinación de estrés financiero, alta competencia, largos traslados y acceso desigual a servicios de apoyo: Instituto Adecco.
Aunque la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara concentran la mayor infraestructura y oportunidades laborales del país, también enfrentan los retos más graves en materia de salud mental en el trabajo, convirtiéndose en el epicentro de los riesgos psicosociales más críticos.
En este contexto, el Instituto Adecco presentó el estudio La crisis silenciosa: Salud mental laboral en México, en el que hace un llamado a atender esta problemática mediante políticas públicas focalizadas, inversión empresarial en bienestar y un cambio cultural que coloque la salud mental en el centro de la agenda laboral.
El reporte detalla que en la Ciudad de México, factores como el alto costo de vida, la inflación y la presión por mantener empleos bien remunerados generan un estrés financiero constante. Sectores como servicios, tecnología y finanzas enfrentan metas cada vez más ambiciosas bajo la amenaza de recortes y despidos. Muchos profesionistas recurren a segundos empleos o al trabajo freelance para complementar sus ingresos, lo que incrementa la carga laboral y limita el tiempo de descanso.
En Monterrey, la cultura empresarial altamente competitiva, impulsada por la industria y los negocios internacionales, promueve jornadas extensas y resultados inmediatos. Trabajadores de manufactura y tecnología reportan altos niveles de ansiedad derivados de la presión por cumplir estándares globales y plazos ajustados.
Por su parte, en Guadalajara, considerada el “Silicon Valley mexicano”, el rápido crecimiento del sector tecnológico ha traído consigo mayor presión por innovar, entregar proyectos y actualizarse constantemente. Jóvenes programadores y diseñadores suelen laborar jornadas de más de 10 horas, con escasa desconexión digital y alta rotación de personal.
El análisis también subraya el impacto de los largos traslados y la congestión urbana, especialmente en la capital, donde los trabajadores pueden pasar hasta tres horas diarias en el transporte público o en el tráfico. Este tiempo perdido reduce las horas de descanso y convivencia familiar, además de incrementar la fatiga física y mental. En Monterrey y Guadalajara, aunque los trayectos suelen ser más cortos, la expansión urbana y el aumento del tráfico han agravado el problema.
Respecto al acceso a servicios de salud mental, Adecco advierte que, si bien estas ciudades cuentan con mayor oferta en comparación con el resto del país, la demanda supera con creces la capacidad instalada. Las clínicas públicas suelen estar saturadas, mientras que las consultas privadas representan un gasto considerable para la mayoría de los trabajadores: en la Ciudad de México, por ejemplo, una sesión con psicólogo o psiquiatra puede superar los 800 pesos.
En Monterrey y Guadalajara, algunas empresas han comenzado a implementar programas de apoyo emocional, aunque generalmente estos beneficios se limitan a empleados de nivel medio o alto, dejando fuera a operarios, personal administrativo y trabajadores de la economía informal.
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