• Cuestionada sobre el “techo de cristal” en dichas industrias, sostuvo que las mujeres deben trabajar su autoestima y finalmente dar el paso, “convencidas de que nuestras capacidades nos van a ir labrando el camino, tenemos que trabajar igual que trabajan los hombres (...) empecemos a demostrar que podemos hacer muchísimo más”.
• “A veces no es el afuera el que te dice que no puedes, eres tú misma la que das un paso atrás y prefieres darle la oportunidad a otro. Con la autoestima hay un elemento fundamental: no temamos a equivocarnos. Simplemente inténtalo porque si la experiencia no es tan buena y si no resulta tan gratificante, te va a dar un aprendizaje y allí está la belleza de tu crecimiento. Ahora asume el aprendizaje, trata”, puntualizó. 
• Con una trayectoria de casi 17 años en el sector energético, Mayka relató que fue aprendiendo en el camino que, en la medida en que eres capaz de tener una conversación desde la humildad del desconocimiento. “Decir es cierto, tú tienes más experiencia que yo en este momento, sin embargo, ¿quién dijo que yo no puedo acumular práctica que me permita navegar contigo?” 
• Profesional con amplia experiencia, incluidas funciones regionales en el área de Recursos Humanos, recomendó abrazar las oportunidades que la vida nos da en las organizaciones para creer en nosotros mismos y ser luz en una etapa donde se discrimina por generación, perdiendo la gran oportunidad de aprender algo.
• “Mi invitación es que en este mundo donde se espera mucho de nosotros, empecemos a generar claridad, saber cuál es nuestro propósito en la vida y cuando tengamos esa transparencia, veamos cómo exponenciar ese propósito”, añadió.

Finalmente expuso que con el conocimiento y la información hay que ser humildes para recibir. “No hay líder si no hay familia, si no hay equipo, si no hay amigos. No hay líder si no hay escucha ni humildad; si no hay empatía ni resiliencia. Somos producto de la comunidad que nos abraza y podemos ser mejores si nuestra intención de impactar esa comunidad es la correcta y la correcta no es lo que yo pienso; la correcta desde lo que el otro necesita porque tendemos a creer que la verdad absoluta está en nuestras manos”.

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