De vez en cuando, suelo bajar a tomarme un café a la cafetería que hay debajo de casa.

La razón es sencilla, está cerca y hacen un bizcocho casero buenísimo.

El pasado martes, estaba en la barra, esta vez sin bizcocho, cuando entró un cliente.

Bien vestido, estirado, mirando por encima del hombro a todos.

Se dirigió a Pedro (el camarero):

—Un café solo.

—Ahora mismo ¿quiere algo más?

—¿Esto qué es?

—Es un bizcocho casero que hacemos nosotros mismos.

—¿Es muy grande la ración?

—Las hacemos de un octavo, la mitad de un cuarto.

—Póngame uno

—Está recién salido del horno, tome usted la que más le guste

Hasta ahí todo perfecto.

Mientras Pedro le preparaba el café, el cliente tomó su octavo de bizcocho, pagó su consumición y se fue a su mesa.

Todo parecía normal.

De repente, vi a Pedro poner una cara entre enfado, incredulidad, asombro… pero no dijo nada.

Cuando el cliente se fue, Pedro me dijo:

—Mira el bizcocho

Entonces la cara de asombro, enfado, incredulidad fue la mía.

Pedro me dijo:

—En el fondo tiene razón, le he dicho que tomara la que más le gustaba y es lo que ha hecho.

Si, tenía su razón, nadie puede quitársela, pero por encima de su razón, hay una superior, que es la razón social.

No hay ninguna norma ni ley específica que obligue a cortar los bizcochos de una determinada manera.

De hecho, las leyes se hacen cuando repetidamente la razón individual se pone por encima de la social.

Por ejemplo, en 1903 en Inglaterra el límite de velocidad estaba en 32 Km/h, se temían accidentes, pero también asustar a niños, niñas y caballos. Sin embargo en Italia y Francia no existía límite alguno y en Estados Unidos, se aconsejaba circular lejos de los peatones y por supuesto no darse a la fuga si se golpeaba a alguien.

Hasta que no fue necesario, no se dictaron leyes para controlarlo.

Si las personas pensáramos un poco más en los efectos que tienen nuestras acciones, no harían falta leyes, pero por desgracia no lo veo muy factible.

El arreglo es fácil, son 4 Es:

• Empatía
• Ética
• Ejemplo
• Educación

Aunque hay personas que no conocen la letra E.

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