Romper con la idea de que menos horas implican menor rendimiento es vital para transformar la cultura organizacional: Ventosa.
La Secretaría del Trabajo estima que el 78 por ciento de las empresas medianas en México aún no cuenta con estrategias claras para operar con jornadas más cortas, mientras que, datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una implementación deficiente de la reducción de jornada puede traducirse en una pérdida de hasta 8.0 por ciento de productividad si no se acompaña de una transformación organizacional profunda.
En este marco, Juan Pablo Ventosa, Socio Fundador de Human Performance y autor del libro Leadership Analytics: Hacia un liderazgo consciente, considera que la respuesta no está en los modelos laborales, sino en la calidad del liderazgo.
“La reducción de jornada sin un cambio en la calidad del liderazgo es una receta para la ineficiencia”, afirma Ventosa. Por ello, propone adoptar herramientas que permitan gestionar el liderazgo como un activo tangible y estratégico.
Entre ellas destaca el Índice de Calidad del Liderazgo (ICL), una métrica que permite integrar el impacto del liderazgo en los cuadros de mando directivo, posicionándolo como un KPI clave para la toma de decisiones. “La clave no está en más horas, sino en una mejor dirección. No confundir hacer con lograr. No confundir actividad con productividad”, puntualiza.
En este sentido, comparte seis estrategias esenciales para que las empresas afronten este cambio sin comprometer sus resultados:
La reducción de jornada no es una amenaza, sino el catalizador para reinventar el liderazgo. En un entorno volátil y tecnológicamente desafiante, solo los líderes capaces de generar valor con menos recursos podrán mantenerse relevantes.
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